martes, 26 de mayo de 2009

No le digáis a mi madre que soy guionista, ella cree que soy pianista en un burdel.

Estamos ante la Edad de Oro de la Tv y es gracias a la oleada de series de calidad, estadounidenses como no, que arriban a nuestras costas. Las elevadas inversiones hacen que los productos que generan ABC, NBC, Showtime, HBO o Fox sean auténticas obras maestras que dejarían en ridículo a muchas películas coetáneas y que de hecho son fuente de inspiración por no decir copia.


Los guiones de las series son la base del producto final. Con un guión bueno se puede hacer una serie buena o mala, pero con un guión malo la serie será mala por cojones. Son los cimientos sobre los que se sostiene el resto: actores, escenarios, vestuarios, fotografía, enfoques...

Muchos críticos y analistas coinciden en tomar como referente la serie Los Soprano. Pepe Colubi lo dice claramente cuando comenta que en la tv hay un antes de y un después de esta serie.
Ésta y una larga lista de grandes producciones de ficción destacan por una producción cuidada, unos guiones inteligentes y una manufactura impecable que han conseguido enganchar, crear auténticos frikis (los losties por ejemplo) de estas series de calidad.
Y que tire la piedra el que esté libre de pecado.

Las historias de la tele se vuelven progresivamente más "cinematográficas" al romper los viejos tabúes de la caja tonta (violencia, sexo, política... por ejemplo “Queer as folk”, serie sobre la vida de unos gays), preocupándose cada vez más por conseguir una narración visual, copiando su sistema de producción y emulando muchos de los modos divulgativos del séptimo arte: el "star system", (en España se vivió con Miguel Ángel Silvestre en su papel de El Duque en “Sin Tetas no hay Paraíso”); y toda su parafernalia publicitaria, con marcas que pagan para que sus productos salgan bien visibles en la serie de moda o incluso para se introduzcan en el propio guión. Y de este último, ha sido descarada la autopromoción que ha hecho Antena 3 de la película “Fuga de cerebros”, en la serie “Los hombres de Paco” donde no sólo hablaban los personajes sobre la película sino que también llevaban camisetas promocionales, coches, etc. Es el llamado “product placement" que hecho de esta manera, lo único que consigue, hablando en términos de calidad de guión y en definitiva de la serie, es que el público sienta que se ríen de él al querer venderle un producto incluso a través de su serie favorita. ¡Cómo si no estuviéramos hasta las narices de las horas de publicidad o de los pesados que te esperan a la salida del metro para darte quieras o no su panfleto. Y a los guionistas, por otra parte, les jode mucho que le "jodan" su trabajo, y es que este tipo de técnicas publicitarias no consiguen otra cosa.

Como curiosidad: el mejor guión de la historia según los guionistas americanos es "Casablanca".
Y para terminar os diré que he desarrollado una frase de una guionista muy controvertida, Diablo Cody ("Juno"), convirtiéndola en una maravillosa teoría sobre los guiones: Desarrollo sobre la Teoría del Orgasmo. Para la próxima entrega.

Con respecto al título del post: es una frase sobre la publicidad, en el original decía que era publicista, Jacques Seguelá...lo he adaptado un poco....Me inspiró el hecho de que un amplio sector de los profesionales del guión no querrían que sus hijos fueran guionistas.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Una muy interesante reflexión sobre los guiones y sus artífices. Sigue escribiendo pisha, q lo haces mu bien

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